Vino de Pronto
Vino de pronto…
…aunque no me pilló por sorpresa.
Me miró fijamente y me invadió el frío, la pena y la desolación.
Me hice la fuerte y aparté la mirada,
pero la suya ya estaba dentro de mí, ensombreciéndolo todo.
Tanto, que hace tiempo que vivo en la noche.
Desde entonces mis ojos sólo conocen el llanto.
Con mano firme aparto las lágrimas.
Las derribo a manotazo limpio.
De nada sirve, brotan de nuevo,
multiplicadas, a destiempo y a traición.
Me juro no volver a hacerlo,
pero nunca se llevaron bien corazón y cerebro.
Mientras uno marca pautas, razona y establece…
el otro empuja, discute y desobedece.
Deambulo extraña por los recovecos de mi dolorida memoria.
Aprendo a vivir sin ti como quien sueña con algo que nunca tuvo.
Huyo del eco de tus palabras. Me retumban por dentro,
me enloquecen… me ladran.
Vivo a caballo entre el temor a no olvidarte,
y la ilusión por conseguirlo.
Me he acostumbrado a convivir con ello.
Ahora ya no lloro,
al menos tan intensamente.
Sólo aspiro a salir del laberinto
en el que un día me metí o me metiste.
Me conformo con poco, ya lo ves.
Ya apenas siento dolor,
quizás la incertidumbre no me deja.
Ahora habito en un continuo y apacible limbo,
donde la pasión, el sexo y la locura…
se ausentaron sin dejar siquiera una nota.
Ni hay culpables ni los busco.
Sé que te quiero. Pero también sé,
y ahí está el peligro, lo irremediable y lo imprevisto:
Que no me basta, ni te basta,
que no me tengo ni me tienes.
Últimamente me dejo llevar…
Como Dama en baile,
Como barco en deriva,
Como cometa en aire.
Ya no me quejo, ni protesto, ni lucho.
¿Para qué?
Vino de pronto …
Aunque no me pilló por sorpresa.
Mercedes León
Málaga/ Verano de 2016/
Latest Posts
